miércoles, 10 de octubre de 2012

LAS HEROINAS DE LA CORONILLA


El relato más vibrante de la acción desarrollada en la Colina de San Sebastián de Cochabamba el 27 de mayo de 1812 está descrito en "Juan de la Rosa", la proverbial obra de Nataniel Aguirre, que describe el coraje con que un grupo de mujeres enfrenta al Ejército Realista comandado por Goyeneche, quien marchaba triunfante con el ánimo de aniquilar los diferentes brotes insurgentes de la Provincia de Cochabamba, luego de infligir una serie de derrotas a las fuerzas patrióticas del Alto Perú y del Río de la Plata, vinculadas en las luchas independentistas.


Después de la batalla de Guaqui y de su triunfo en Amiraya Goyeneche se dirigió a Cochabamba, y de allí a Chuquisaca y Potosí, con objeto de detener a los argentinos que ya estaban formando el segundo ejército auxiliar; para ello mandó a Picoaga a la fortaleza de Cotagaita de donde salió para enfrentar a los patriotas, comandados por Díaz Vélez en enero de 1812, venciéndolos nuevamente en Suipacha.


Después de este triunfo Goyeneche pensaba avanzar hasta Salta, pero tuvo que cambiar de planes al saber que Cochabamba se había levantado nuevamente. Su ánimo no era conciliador como la vez primera sino que iba dispuesto a dar un escarmiento a los rebeldes.
Para entonces Esteban Arze había coordinado con los jefes patriotas de Chayanta, Sicasica y Tapacarí, obstaculizando seriamente el movimiento de las tropas realistas. Para esa fecha, 1811, ya había un movimiento guerrillero considerable.


El encuentro entre las tropas de Arze y Goyeneche tuvo lugar en Pocona, en mayo de 1812. Arze fue vencido y Goyeneche avanzó hacia Cochabamba que preparaba la resistencia con muy escasos recursos. Se intentó un pacto con Goyeneche, pero éste pedía que les entregaran a los cabecillas. La ciudad se negó a hacerlo, especialmente las mujeres, y se atrincheraron en la colina de San Sebastián, en el lugar conocido como "la Coronilla". Goyeneche entró en Cochabamba el 27 de mayo, quebrando totalmente la heroica resistencia. Las tropas realistas se dieron al saqueo y los principales jefes revolucionarios fueron ejecutados.

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