viernes, 5 de octubre de 2012

EL MINERO BOLIVIANO


Desde los tiempos de la colonia Bolivia ha sido un país minero. Por décadas, el cerro rico de Potosí ha sido el yacimiento de minerales de plata más importante del mundo. Su descubrimiento en 1545 inicia el ciclo de la minería en el territorio que hoy constituye Bolivia. Para aprovechar la plata de Potosí se introducen tecnologías de punta para su tiempo; pero no se toman en cuenta ni los efectos para la población originaria ni los impactos para el medio ambiente.

Las utilidades generadas no son distribuidas equitativamente y la minería colonial no resulta en una amplia corriente de desarrollo regional. Tampoco se crean empresas que duren en el tiempo, ya que los beneficios obtenidos no son reinvertidos en las zonas de aprovechamiento minero. Sin embargo, la minería colonial inicia un circuito económico en el cual el transporte y el comercio asumen un rol determinante. La producción se basa en el trabajo de los indígenas bajo el régimen de la mita. Cada año llegan a Potosí alrededor de 13.500 mitayos con sus familias, formando un contingente de 40.000 personas. La ciudad se convierte en uno de los principales centros urbanos del mundo y cuenta con unos 160.000 habitantes en 1560, mientras Madrid solo tiene 45.000 habitantes. Este fenómeno migratorio deshabita las 16 provincias sometidas a la mita y afecta severamente a su producción agropecuaria.


La revolución de 1952 nacionaliza (contra una alta indemnización) las tres grandes compañías mineras y funda la COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia.) En este mismo período surge la COB (Central Obrera Boliviana), que luego se convierte en la más poderosa central sindical del país. Desde entonces, la vida política boliviana es tan azarosa e inestable, que los inversionistas extranjeros no se arriesgan a invertir en la explotación del importante potencial geológico del país. Si bien se estima que la participación de fondos privados internacionales incentiva un mejor manejo y una mayor eficacia de las operaciones (Ford, Bacon & Davis; 1956) la COMIBOL maneja solo las minas estatizadas en un ambiente adverso: baja ley del mineral, agotamiento de las reservas, elevados costos de producción, disminución de la demanda y del precio. La COMIBOL carece a la vez de capital y de capacitación empresarial, además debe asumir la carga financiera del desarrollo del Oriente, fomentado por el Estado.

En consecuencia, no invierte en prospección, exploración, mantenimiento y reposición. Esta época se caracteriza por la mala gestión, la productividad extremadamente baja, el despilfarro de los recursos y la negligencia ambiental. La convergencia de estos factores lleva a una crisis que se agudiza progresivamente. Al lado de la minería estatal, coexiste un gran número de empresas medianas y chicas en manos privadas. Mientras las primeras reciben créditos públicos, que les permiten aumentar continuamente su producción, la falta de apoyo técnico y financiero a la minería chica (2.000 empresarios) y cooperativa (20.000 mineros) determina que este sector opere en condiciones arcaicas y precarias, encerrándose en un círculo vicioso de falta de recursos e incapacidad de evolucionar, que no ha cambiado a la fecha. En los últimos 10 años, la minería boliviana se proyecta sobre un nuevo escenario y se adecua al surgimiento de metales que se perfilan con mejores oportunidades en el mercado que el estaño. Entre otros, el zinc, la plata y sobre todo el oro, que presenta el crecimiento más espectacular. Paralelamente, la minería estatal es sustituida por la privada y dentro de ésta se consolida la mediana como el mayor productor, mientras en el sector aurífero las cooperativas adquieren mayor relevancia. La reestructuración de la COMIBOL causa un rápido descenso de la participación del sector minero en el empleo nacional, parcialmente compensado por el crecimiento de las cooperativas, aunque las condiciones que ofrecen no sean nada equivalentes.

La Geografía Humana con los datos del Censo de Población y Vivienda del 2001. La Orografía con un ordenamiento minucioso de las montañas y sus alturas en base a una cartografía del IGM y de la Sección Cartográfica del Club Alpino Alemán dirigido por el Prof. Finsterwalder. En razón que el Municipio ha adquirido una destacada importancia en la división política del país, se hace una descripción de cada uno de los departamentos de Bolivia con detalles sobre los 324 municipios. Los Recursos Naturales constituyen un capital de uso permanente de todos los países y especialmente de los que se encuentran en vías de desarrollo. La utilización de aquellos permitirá un franco despliegue hacia su progreso a través de una explotación intensiva pero racional. Existe un potencial de más de 130 especies forestales maderables, aunque el sector forestal explota eficientemente menos de veinte. De los 48 millones de hectáreas para la producción forestal, seis se encuentran bajo manejo forestal. Con la nueva Ley Forestal, el plan de manejo pasó a ser un requisito indispensable para el ejercicio legal de las actividades forestales en Bolivia. Bolivia es uno de los países de América Latina con mayor diversidad biológica, y todavía, la mayoría de sus ecosistemas están casi intactos. La posición geográfica del país determina características fisiográficas y ambientales variadas y diversos paisajes. Este escenario heterogéneo alberga una gran biodiversidad que ha motivado que Bolivia sea considerada megadiversa y uno de los países más atrayentes y espectaculares del continente debido a la existencia de una amplia variedad de regiones y pisos ecológicos que albergan una extraordinaria diversidad de plantas, animales y germoplasma, descritos en los capítulos correspondientes. Los Recursos Naturales no renovables, yacimientos minerales y de hidrocarburos, siguen constituyendo una importante rubro de exportación. En el año 2004 el aumento del precio de los minerales, ha permitido la reactivación de muchas minas abandonadas, y el emprendimiento de nuevos proyectos relacionados con yacimientos de plata y oro. El descubrimiento de cuantiosas reservas de gas en estructuras del departamento de Tarija, colocan al país como un potencial exportador de éste energético a diferentes países del mundo con ingresos importantes al Tesoro Nacional.

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