EX MINISTRO Y DICTADOR LUÍS ARCE GÓMEZ
Hace 29 años, Lupe Cajías, que era periodista del Semanario Aquí, había llegado a la Central Obrera Boliviana, donde los principales líderes sindicales y políticos de izquierda estaban convocando una huelga general indefinida.
Cuando Cajías hablaba por teléfono con Antonio
Peredo, que fungía como director de Aquí, la primera explosión
estremeció a todos los líderes. “Primero fue un estallido aislado, seco y
cortante, interrumpiendo la lectura. Comienzan las ráfagas, los
cristales se desploman.
Todos corren, o se arrastran, hacia arriba,
hacia abajo, atrás, adelante. Pero es inútil, estamos rodeados. El
edificio se ha convertido en una auténtica boca de lobo. Marcelo, desde
el suelo, enseñándome su revólver: esto es pretexto para que me
limpien...
Sí, hermano, moviendo la cabeza antes que hablando, mientras
veo que alcanza al de su lado el pequeño objeto metálico que pasa de
mano en mano y es ocultado en los escombros. Marcelo, creo que no
necesitaron de ese pretexto para limpiarte.
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